Mosaicos de calidad en Capital – Saponara – La Empresa
Desde 1920 Saporana brinda mosaicos de calidad en el país. La empresa, que representa una de las firmas más antiguas en materia de productos para la construcción, dejó un legado que se mantiene vigente a través de la valorización del mosaico como material noble y la búsqueda de nuevos diseños.
Saporana es una de las empresas con mayor trayectoria en el país en el rubro de mosaicos. Su fundación fue en el año 1920, cuando José Saporana llegó al país y comenzó a trabajar en el rubro. En poco tiempo descubrió la posibilidad de abrir su propio comercio y fue allí cuando surgió la primer sede de la firma en Av. San Martin, calle que sigue alojandola hasta el día de hoy.
En ese entonces el proceso de fabricación era meramente artesanal, donde intervenían operarios y también artesanos que creaban de manera individual los diseños de cada mosaico. Con la llegada de su hermano, también proveniente de Italia, y la labor de su hijo en la empresa, Saporana comenzó a abrir su horizonte comercial e incorporó otras familias de productos. «Los primeros televisores, las primeras heladeras e incluso algunos materiales de construcción podían comprarse en el local en aquél entonces» nos cuenta el actual titular, nieto de su fundador.
Después de 30 años de trabajo se inauguró el edificio que funciona como fábrica en la actualidad, con más de 3.000 m2. La década de los 60 también le deparó a la empresa un profundo cambio de fabricación, cuando comenzaron a surgir rumores de maquinarias industriales en Europa. «José viajó a Europa con la intención de pedir un préstamo y traer su primera prensa y pulidora.» cuenta su nieto, quién también describe la prudencia de su abuelo a la hora de traer sólo una maquina y encargar la segunda tras 6 meses de trabajo continuo. Este cambio en la fabricación permitió crear 300 m de mosaicos en un día, una tarea que antiguamente requería el trabajo de al menos 4 empleados.
La firma vivió los años más gloriosos del mosaico en el país, en un apogeo que duró desde la década de los 60 hasta los 80.
«Actualmente buscamos mantener el mismo estandar de calidad, un factor que hizo famosa a la marca y la mantuvo en vigencia durante tantos años. Además valoramos el caracter noble del mosaico como material constructivo, y buscamos mantenernos en la innovación a través de nuevos diseños», cuenta su actual titular.
A la hora de describir aquellas características que hacen a un mosaico de calidad, no olvidan mencionar la dosificación, un factor esencial para asegurar la resistencia y durabilidad del producto. «Es indispensable usar cemento de buena calidad, tanto en la capa húmeda como en la semiseca, ya que la parte posterior del mosaico cumple la función de absorver la humedad y completar el sellado de los dos cuerpos. El fraguado debe realizarse en un ambiente propicio con una temperatura ideal» describe.
En cuanto al proceso de pulido, la firma revaloriza el pulido en obra, que además de permitir mayor unión entre los mosaicos le otorga un acabado homogéneo que esconde sutilmente las juntas.
Hablar de Saporana es hablar de una de las empresas con mayor recorrido en el país, un clásico de la construcción que se mantiene vigente a través de su constante renovación.