Blake – Miller Zell

El estudio de arquitectura comercial Miller Zell trabajó en el desarrollo de esta nueva heladería – cafetería que, instalada en Puerto Madero, apunta a ser una cadena que competirá con las casas de mayor renombre del rubro. Por eso el estudio tuvo que crear una identidad completa, fundacional de un modelo de negocio a futuro. Así nació Blake.

El cliente de Miller Zell es un industrial ganadero que tiene una empresa familiar desde hace unos setenta años y decidió abrir su propia heladería con la expectativa de expandirse.

Al ser industriales y contar con materias primas propias, podrán vender productos de excelente calidad y a su vez ser productos altamente competitivos. La Licenciada Roxana Scorcelli, del estudio Miller Zell, explica que, siguiendo la tendencia, el negocio tiene dos sectores fuertes: heladería y cafetería. “Esto se reflejó en el Lay Out en dos áreas diferenciadas: la de cafetería, con alfajores, diversos productos dulces, muchos realizados con dulce de leche de elaboración propia e, inclusive, contará con un corner de Havanna , ya que la empresa es proveedora de esta marca”.

Para crear la identidad desde la imagen, hicieron un logo que es un sello, una impronta que asocie la identidad a la tendencia de una gastronomía actual. El logo tiene dos complementos: el rayado, compuesto por una paleta de colores entre cálidos y fríos, asociados a los dos sectores. Hay dos “paquetes” de colores: uno es amarillo, celeste, naranja, beige y marrón, y el otro es chocolate más amarillo fuerte. Estos colores componen un patrón de rayas que identifican a la marca.

En cuanto a la arquitectura, se aplicó la paleta celeste, por una cuestión de asociarla a los conceptos de frescura, suavidad, pureza; y se complementó con el acero, asociado a lo industrial, la asepsia. Además hay un dibujo libre, de línea a mano alzada negro, sobre el celeste claro. “Es todo un empapelado gigante que empieza en planta baja con una estética de graffiti que le habla a un público más joven. Esto desarrolló un interiorismo fuerte que llega, incluso, hasta el interior de los baños. Es muy arriesgado, pero sigue las tendencias de locales gastronómicos que están funcionando muy bien en el exterior”, detalla la Lic. Scorcelli de Miller Zell.

Del lado de la cafetería, en contraposición, el material es madera de palisandro oscuro y su complemento es el empapelado rayado con la trama de la marca. Este sector y su estética le hablan a un público más tradicional.

El piso es de microcemento turquesa, tiene una resina que lo hace elástico y no tiene juntas, eso posibilitó tener un piso continuo, dentro de la paleta de colores del celeste.

El mobiliario es todo de primera línea. Hay un gran estar y tres más pequeños, en todos hay piezas de diseño de diferentes tendencias. “Hay, por ejemplo, un juego de sillones y mesas de diseño finlandés orgánico, de maderas claras”, continua Roxana Scorcelli deMiller Zell.

Es un local que ocupa una esquina, en moderno barrio de Puerto Madero que, por cumplir con las reglamentaciones de la zona, no tiene aplicación de marca sobre la fachada. Por ello, se instalaron algunos logos hechos sólo en acero con letra corpórea y con diferentes pulidos que logran cierto contraste y que funcionan muy bien.

El frente es todo vidriado, tomando la esquina. Es decir que tiene una gran perspectiva, un campo visual muy abierto. Además, hubo un proyecto de iluminación ajustado a la planta que ayudó mucho a que se vea con mucha impronta desde afuera

El local tiene en el interior unas columnas de hormigón que sirvieron como “patas de apoyo” para la presencia de marca. Sobre ellas, estamparon logos que se ven de manera perpendicular caminando por la vereda.

Hay un pórtico de entrada con mucha fuerza, que es totalmente amarillo, con las patas rayadas y un logo en cada una. Eso se superpone con el color celeste y la estética de graffiti en el fondo. Es una mezcla arriesgada pero funciona bien porque está equilibrado y sectorizado.

Dentro de la empresa que contrató a Miller Zell había opiniones divididas respecto a la estética que querían lograr: el deseo de “algo tradicional” chocaba con la apuesta por lo moderno. El estudio se arriesgó a trabajar en la fusión de estos conceptos, en apariencia contradictorios, y logró lo que buscaba: una identidad fuerte y fundacional que no es sólo un objetivo cumplido, sino el comienzo de un largo camino para Blake.

Si quiere conocer mas acerca de Miller Zell haciendo click aquí.