Harley Davidson – Una marca legendaria – Arqueprima

Este icono de las motocicletas prácticamente no necesita presentación. Todos al escuchar su nombre, invocamos una imagen que la representa. Pero Arqueprima tuvo el desafío de materializar ese imaginario y dotar al lugar físico de una estética que, acotada a los parámetros de la marca, transmita el bagaje ideológico y hasta onírico, que ella encarna.

Harley Davidson es una marca referencial  y emblemática del mundo de las motos que se adapta al paso del tiempo, pero conserva, a la vez, determinadas características que la distinguen.

Tenerla es sinónimo de status. El comprador de una de estas máquinas , explica Rubén Barenboim, titular de Arqueprima, “es el que tiene un coche lujoso y esta moto como complemento porque le da determinada característica, inclusive en su vestimenta, está unida a todo un concepto de moda. Dentro del target de Harley, si es de 40 años para arriba, es en gral.  una persona con cierto perfil de consumo  que ya tiene sus vehículos, pero tiene la moto como hobby. Entonces, esta persona,  que muchas veces está de traje todo el día y que tiene un auto alta gama, llega el fin de semana,  se “monta” sobre su Harley a dar un paseo vestido con ropa de cuero. Dentro de lo que es la juventud, aquellos que tienen un buen poder adquisitivo, el ejemplo de algunos conocidos actores, sintiéndose parte de todo este mundo …también. Tener una Harley te da una jerarquía”.

Para estos vehículos exclusivos Arqueprima tuvo que adecuar un edificio de construcción tradicional bajo el concepto de la marca  El lugar ubicado en Dardo Rocha casi Fleming en Martinez, era originalmente un stud, que después se convirtió en lugar para exposiciones y finalmente fue adquirido para la firma de motos para realizar su local en esta exclusiva zona.

Allí se vende toda la línea de motos, merchandasing y repuestos, además de ubicarse las oficinas administrativas. Arqueprima ya había trabajado para la marca en el local del único distribuidor y vendedor oficial, en el Dique 1 de Puerto Madero. 

En los exteriores impacta una moto que está sobre la puerta de entrada – un modelo clásico de Harley – enmarcada en un amplio frente de ladrillo a la vista, chapa rústica y vidrio, que deja amplias vidrieras para el placer de los transeúntes. Todo rematado en el eje axial por el escudo de la marca.

En el interior, el mostrador principal de atención al público se hizo todo en madera natural con unos esquineros iluminados que exhiben partes de la moto. Tiene una alzada central y la aplicación del  logotipo,  en chapa de acero calada . La madera natural de este mostrador presenta motivos geométricos en salientes y entrantes , generando una textura visual bien expresiva engamandose a su vez con las puertas y el techo de madera. Toda la envolvente es de ladrillo visto con piso de cerámica rústica, asemejándose a un gran loft tipo galpón.

En el área de ventas también se generaron dos muebles de madera con vitrinas exhibidoras y con una faja metálica con remaches por delante que acompaña las estanterías, también metálicas; y la alzada, que para este caso  tiene ploteado el logo.

Hay un último mostrador, para la parte de facturación, también con vitrinas exhibidoras, chapa rústica y la alzada en la ochava con el logo aplicado.

En el  patio exterior del fondo hay parrilla, cocina y hasta una fuente. Allí también se construyó una barra rústica en madera, ya que algunos clientes “ilustres” se los agasaja con un asado o un café, y algunos motoqueros conocidos acuden a reuniones exclusivas.

Arriba hay tres oficinas, dos más pequeñas, de venta y una de mayor tamaño para el área de gestoría. Cuentan con escritorios y muebles con puerta corrediza; todo  realizado en melanina nogal habano.

Harley Davidson es un emblema, un símbolo, un conjunto extenso y subjetivo de significaciones: desde la libertad que invocaba corriendo entre las piernas de James Dean por la Ruta 66, hasta los rasgos de industrialismo que reflejan sus materiales y sus orígenes; desde el status de sus clientes más exclusivos, hasta el encanto de los motoqueros tribales. Ya no son sólo una motocicleta, son un estilo, una filosofía de vida.

El largo camino que han ido recorriendo, las trajo también hasta la Argentina. Arqueprima logró desde un comienzo,  al ritmo vertiginoso de sus motores y sus ruedas, construir un lugar diáfano, cálido y con fortaleza, que sólo hace desear a los mortales paseantes, sentir el viento de las rutas montados en una de estas increíbles maquinas .

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